sábado, 19 de agosto de 2017

España y Francia buscan a cabecilla de ataques en Cataluña que dejó 14 muertos

Redacción Central
BARCELONA.- Las autoridades españolas y francesas intensificaron este sábado la búsqueda del supuesto líder de una célula extremista islámica que perpetró ataques con autos en Barcelona y en una localidad turística de la costa catalana. La investigación policial se centra ahora en los lazos entre los ciudadanos marroquíes que formaban el grupo y la vivienda en la que planearon la masacre.
Durante la madrugada, la policía registró dos autocares en el noroeste de Cataluña en busca de más miembros de la célula. Los cateos en Girona y Garrigas no arrojaron resultados, según tuiteó la policía catalana, los Mossos D'Esquadra.
Al otro lado de los Pirineos, la policía francesa realizó controles de seguridad extraordinarios a personas que cruzaban la frontera desde España, una medida rutinaria siempre que un país vecino advierte un riesgo potencial, dijo un funcionario de seguridad galo que pidió no ser identificado. No se practicaron detenciones.    
La policía autonómica anunció también en Twitter que efectuará una serie de explosiones controladas en la localidad de Alcanar, al sur de Barcelona, donde la célula planeó los ataques en una casa rentada que quedó destruida en la víspera de la tragedia en una explosión al parecer accidental. En un primer momento, las autoridades habían calificado el incidente del miércoles en la noche como una explosión de gas de uso doméstico, pero volvieron a inspeccionar la zona el viernes y de nuevo el sábado.
Las autoridades creen que el estallido del miércoles, en el que murió al menos una persona y provocó heridas a otra que ahora está detenida, evitó un ataque más letal con explosivos y obligó a los radicales a emplear en su lugar vehículos más "rudimentarios".        
En un mensaje en Twitter el sábado por la mañana, la policía autonómica pidió a los residentes de Alcanar que no se alarmasen por las explosiones controladas.     
Las autoridades dijeron que analizan si los restos humanos hallados en el inmueble el viernes pertenecen a una segunda víctima.
Los ataques extremistas reivindicados por el grupo Estado Islámico comenzaron el jueves por la tarde, cuando una furgoneta blanca de alquiler entró al histórico paseo peatonal de Las Ramblas, en el corazón de Barcelona, y arrolló a residentes y turistas, matando a al menos 13 e hiriendo a un centenar de personas más. Horas después, cinco radicales atropellaron a viandantes junto al paseo marítimo de la localidad turística de Cambrils.        
Seis personas resultaron heridas, de las cuales una falleció más tarde, antes de que la policía abatiese a los atacantes, que iban armados con un hacha, cuchillos y cinturones bomba falsos.      Se cree que uno de los principales sospechosos de los ataques, Younes Abouyaaquoub, un marroquí de 22 años, sigue huido.  
Su nombre aparece una lista de cuatro sospechosos emitida en España y Francia, según un funcionario español y un responsable policial francés, que hablaron bajo condición de anonimato.
De acuerdo con el funcionario galo, España habría señalado una furgoneta Kangoo rentada que se cree pudo haber cruzado la frontera.        
En la lista está también Moussa Oukabir, de 17 años, cuyo hermano Driss reportó el robo de su documentación a la policía en Ripoll. El alcalde de la localidad confirmó que los papeles aparecieron en uno de los autos empleados en el ataque.  
Los hermanos nacieron y se crearon en Ripoll, donde el viernes se registró la vivienda familiar, que estaba vacía en el momento del cateo.                    Los vecinos manifestaron su consternación por la noticia de que Moussa Oukabir estaría implicado en los acontecimientos. Un adolescente, que se identificó solo por su primer nombre, Pau, dijo que ambos jugaban cuando eran más jóvenes y que Moussa era "un buen chico".   
 Además de los cinco sospechosos abatidos en Cambrils, las autoridades detuvieron a dos personas el viernes y a otras dos en la víspera. Los arrestados son tres ciudadanos marroquíes y uno español y ninguno tiene antecedentes por terrorismo.      
"No estamos hablando de un grupo de una o dos personas, sino de un grupo más numeroso", apuntó el responsable de Interior del gobierno catalán, Joaquim Forn, en declaraciones a la radiodifusora Onda Cero el viernes.              
La dimensión de la célula recuerda a la que perpetró los ataques de noviembre de 2015 en París, cuando hombres entrenados por Estado Islámico atacaron simultáneamente el estadio nacional de Francia, una sala de conciertos y bares y restaurantes. Desde entonces, la milicia radical ha sufrido una constante pérdida de territorios en su autodeclarado califato en Irak y Siria.        
"Esto muestra que no hay una correlación entre los que ocurre allí con el Daesh y la capacidad operativa del grupo", manifestó Jean-Charles Brisard, un analista francés de seguridad, que se refirió al grupo EI por su acrónimo árabe.                
El doble ataque elevó la tensión en un país que no vivía un atentado extremista desde 2004, cuando radicales inspirados por Al Qaeda mataron a 191 personas en ataques coordinados en trenes de cercanías en Madrid. Al contrario que Francia, Gran Bretaña, Suecia y Alemania, que registraron agresiones extremistas en el último año, España se libró de la lista negra gracias a operaciones policiales que detuvieron a unos 200 presuntos yihadistas en los últimos años.      
El sábado, España decidió mantener el nivel de alerta antiterrorista en el nivel 4, declarando que no hay amenaza de ataques inminentes. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, dijo que las autoridades reforzarán sin embargo la seguridad en eventos que reúnan a grandes multitudes y en lugares turísticos populares.          
Los muertos y fallecidos en los dos ataques perpetrados en Cataluña procedían de 34 países distintos.